Los 6 errores que destruyen la comunicación asertiva y cómo evitarlos

¿Cuántas veces has querido decir algo de manera clara, pero terminaste siendo malinterpretado o generaste una discusión que no esperabas? La comunicación asertiva es una de las habilidades más valiosas para construir relaciones sanas, tanto en el trabajo como en la vida personal. Sin embargo, no siempre es fácil de aplicar. Incluso cuando creemos que estamos siendo asertivos, podemos cometer errores que llevan a malentendidos, tensiones o conflictos.

Pero no te preocupes: como cualquier habilidad, comunicarte de manera asertiva requiere práctica, reflexión y algunas herramientas para evitar las trampas más comunes. Aquí te compartimos cuáles son los errores más frecuentes al intentar ser asertivo y cómo puedes evitarlos para mejorar tus relaciones y lograr una comunicación efectiva.

¿Qué es la comunicación asertiva?

Antes de hablar de errores, hagamos una pausa rápida para aclarar qué significa realmente ser asertivo. La comunicación asertiva es la capacidad de expresar tus ideas, necesidades y sentimientos de manera clara y respetuosa, sin imponer ni ceder en exceso. Es encontrar el equilibrio entre ser pasivo (no decir nada) y ser agresivo (decirlo todo sin filtro).

En pocas palabras, ser asertivo es decir “esto es lo que pienso y siento” sin minimizarte ni atropellar a los demás.

Los 6 errores que destruyen la comunicación asertiva

Aunque la intención sea buena, hay ciertos errores que pueden descarrilar nuestra comunicación asertiva. Aquí te mostramos los más comunes y cómo evitarlos:

1. Confundir asertividad con agresividad

Uno de los errores más frecuentes es pensar que ser asertivo es lo mismo que ser directo sin importar las consecuencias. Sin embargo, la asertividad nunca debe cruzar la línea hacia la agresión, donde el tono y las palabras pueden herir a la otra persona.

Por ejemplo, sería un error decir:

“Siempre haces todo mal, necesito que lo hagas bien de una vez por todas.”

En su lugar, es mejor:

“Me preocupa que esta tarea no haya salido como esperábamos. ¿Podemos revisarla juntos para corregirla y mejorarla?”

Recuerda que ser asertivo no significa imponer tu punto de vista, sino expresarlo cuidando el impacto en los demás.

2. Usar un lenguaje poco claro

La falta de claridad es un enemigo de la comunicación asertiva. Usar frases vagas, indirectas o ambiguas puede hacer que tu mensaje no se entienda, o peor, que la otra persona interprete algo completamente diferente.

Por ejemplo, sería un error decir:

“Bueno, supongo que podríamos intentar cambiar esto, pero no sé, tal vez no sea tan importante.”

En su lugar, es mejor:

“Creo que sería mejor cambiar este enfoque porque podríamos obtener mejores resultados. ¿Qué opinas?”

Un lenguaje claro genera confianza y evita malentendidos.

3. Evitar hablar de tus propios sentimientos

A veces, por miedo al conflicto o por querer mantener una imagen “profesional”, omitimos lo que realmente sentimos. Sin embargo, la asertividad implica reconocer y expresar nuestras emociones de manera honesta.

Por ejemplo, sería un error decir:

“Todo está bien, no te preocupes.” (cuando claramente no está bien).

En su lugar, es mejor:

“Me siento frustrado porque este proyecto no avanzó como esperábamos. Me gustaría que definamos juntos un plan para resolverlo.”

Hablar desde tu experiencia personal evita que los demás se sientan atacados y facilita la conversación.

4. No escuchar a los demás

La comunicación asertiva no es un monólogo. Muchas personas cometen el error de enfocarse solo en lo que quieren decir, sin detenerse a escuchar la perspectiva del otro. Esto puede generar resistencia y frustración en la otra persona.

Por ejemplo, sería un error interrumpir constantemente o responder sin haber entendido bien el punto del otro.

En su lugar, es mejor:

Practica la escucha activa: haz contacto visual, parafrasea lo que escuchaste (“Entonces, si entiendo bien, lo que me estás diciendo es…”), y haz preguntas abiertas para explorar más (”¿Qué opinas de esta solución?”).

Escuchar no solo te ayuda a entender mejor, también demuestra respeto por la otra persona.

5. Exagerar o generalizar

Frases como “siempre” o “nunca” pueden escalar rápidamente una conversación hacia el conflicto. Estas generalizaciones suelen ser percibidas como injustas o exageradas, lo que puede poner a la otra persona a la defensiva.

Por ejemplo, sería un error decir:

“Siempre llegas tarde” o “Nunca haces las cosas bien.”

En su lugar, es mejor:

“Noté que esta semana llegaste tarde dos veces, y eso afecta nuestro cronograma. ¿Hay algo que podamos hacer para solucionarlo?”

Mantener el enfoque en hechos objetivos facilita que la conversación sea más constructiva.

6. Evitar el conflicto por completo

Por miedo a incomodar o generar tensión, algunas personas prefieren no decir nada en absoluto. Este error pasivo no resuelve el problema y puede generar resentimiento o acumulación de frustraciones.

Por ejemplo, sería un error no expresar una preocupación importante y dejar que la situación empeore.

En su lugar, es mejor:

“Quiero hablar contigo sobre algo que me preocupa. Sé que puede ser incómodo, pero creo que es importante para que podamos avanzar.”

La clave está en abordar el conflicto desde un lugar de colaboración, no de confrontación.

Claves para mejorar tu comunicación asertiva

Ahora que conoces los errores comunes, aquí tienes algunos consejos prácticos para comunicarte de manera más efectiva:

1. Usa el modelo “Yo siento + porque + necesito”

Por ejemplo: “Me siento frustrado porque este proceso no está funcionando bien. Necesito que lo revisemos juntos para encontrar una solución.”

2. Controla tu tono de voz y lenguaje corporal

Hablar de manera calmada y mantener una postura abierta hará que tu mensaje sea más asertivo y menos agresivo.

3. Haz pausas antes de responder

Si sientes que una conversación se está volviendo tensa, respira, piensa y responde con calma.

4. Da espacio para el diálogo

Una comunicación efectiva no se trata de imponer, sino de construir juntos.

En síntesis: la asertividad como un puente

La comunicación asertiva es una habilidad que puede transformar tus relaciones, tanto profesionales como personales. Evitar estos errores comunes no solo hará que tus conversaciones sean más claras y efectivas, sino que también te ayudará a construir puentes de confianza y colaboración con quienes te rodean.

Recuerda: la asertividad no es solo una forma de hablar, es una forma de conectar con los demás, cuidando tanto tus necesidades como las suyas. Y como toda habilidad, requiere práctica, paciencia y disposición para aprender.¿Has enfrentado desafíos al intentar comunicarte de manera asertiva? ¿Qué estrategias te han funcionado mejor? ¡Cuéntanos en los comentarios y sigamos aprendiendo juntos! 

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