Cuando alguien en tu equipo está enfrentando algo completamente nuevo o aún no tiene la experiencia necesaria para realizar una tarea, la respuesta no es dejarlos a la deriva, esperando que “aprendan sobre la marcha”. En este tipo de situación, lo que necesitan de ti como líder no es inspiración ni grandes discursos, sino claridad, dirección y una guía firme que los lleve paso a paso hacia el resultado. Aquí es donde el estilo dirigir entra en acción.
El estilo dirigir (S1), dentro del modelo de liderazgo situacional, está diseñado para momentos específicos en los que las personas tienen baja competencia pero alto compromiso. Es decir, tienen el entusiasmo y la disposición para trabajar, pero carecen del conocimiento, las habilidades o la experiencia para ejecutar la tarea de manera adecuada. Como líder, tu papel aquí es ser claro, detallado y enfocado en el “qué” y el “cómo”.

¿Cuándo usar el estilo dirigir?
Este estilo es perfecto cuando te encuentras con personas que:
• Son nuevas en su rol o en la organización y no están familiarizadas con los procesos.
• Están realizando una tarea o proyecto que nunca antes habían hecho.
• Se sienten motivadas, pero están inseguras porque no saben por dónde empezar.
Por ejemplo, imagina que alguien en tu equipo acaba de ser promovido y ahora tiene que liderar reuniones semanales con clientes importantes. Aunque tenga disposición y entusiasmo por su nuevo rol, probablemente no tenga las herramientas necesarias para dirigir esas reuniones de manera efectiva. Aquí es donde necesitas intervenir con un enfoque claro y directivo.
Cómo aplicar el estilo dirigir
Si decides liderar con el estilo dirigir, aquí hay algunas claves prácticas para que sea efectivo:
1. Da instrucciones claras y específicas
Las personas en este nivel necesitan saber exactamente qué se espera de ellas y cómo hacerlo. Sé específico en tus indicaciones y evita suposiciones. Por ejemplo, en lugar de decir: “Prepara un informe del proyecto”, puedes detallar: “Necesito un informe que incluya los objetivos logrados, el presupuesto utilizado y las áreas de mejora. Usa la plantilla de informes y entrégamelo el viernes antes de las 5 p.m.”
La claridad elimina la incertidumbre y reduce el margen de error.
2. Supervisa el proceso
No basta con dar las instrucciones y desaparecer. Asegúrate de supervisar de cerca el progreso, especialmente en las primeras etapas. Esto no significa microgestionar, sino asegurarte de que la persona entiende bien los pasos y que no se está desviando. Puedes preguntar cosas como: “¿Cómo te sientes con lo que has avanzado hasta ahora? ¿Tienes dudas sobre los próximos pasos?”
La supervisión también te permite detectar cualquier problema antes de que se convierta en un obstáculo mayor.
3. Sé paciente y comprensivo
Es natural que alguien sin experiencia cometa errores o tarde más tiempo del esperado en completar una tarea. Recuerda que el estilo dirigir no es solo dar órdenes; es acompañar con paciencia y empatía. Si algo no sale como planeabas, evita culpar o criticar y, en su lugar, utiliza la situación como una oportunidad para enseñar.
Puedes decir algo como: “Entiendo que esta tarea fue complicada porque estás aprendiendo. Vamos a revisar juntos qué podemos hacer diferente la próxima vez.”
4. Reconoce el esfuerzo
Cuando alguien se encuentra en esta etapa inicial, necesita saber que su esfuerzo es valorado. Un reconocimiento simple pero sincero puede hacer toda la diferencia. Frases como: “Sé que esta tarea no era fácil, pero me gusta tu disposición para aprender” pueden motivar a la persona a seguir avanzando con confianza.
El reconocimiento no tiene que ser algo grande; incluso un comentario positivo en una reunión puede marcar la diferencia.
Errores comunes al usar el estilo dirigir
Aunque el estilo dirigir puede ser altamente efectivo, hay ciertos errores que debes evitar para no desmotivar a la persona que estás liderando:
• Ser demasiado rígido: Aunque este estilo requiere estructura, no significa que tengas que ser inflexible. Escucha las ideas o preocupaciones de la persona y adapta tu enfoque si es necesario.
• Microgestionar: Es importante supervisar, pero no al punto de controlar cada pequeño detalle. Da espacio para que la persona demuestre iniciativa, incluso en pequeños aspectos.
• Olvidar el refuerzo positivo: Si solo te enfocas en los errores y nunca reconoces los avances, podrías disminuir la confianza y la motivación de la persona.
En síntesis: dirigir no es mandar
El estilo dirigir no debe confundirse con un enfoque autoritario. No se trata de dar órdenes sin contexto ni de asumir que el equipo debe saber todo desde el principio. Este estilo es una herramienta para guiar, enseñar y construir confianza, especialmente cuando alguien está comenzando un nuevo desafío.
Como líder, tu trabajo es ser el faro que da claridad en medio de la incertidumbre, sin abrumar ni controlar en exceso. Cuando aplicas este estilo con empatía, paciencia y claridad, no solo ayudas a la persona a completar la tarea, sino que también siembras la semilla de la confianza y el aprendizaje continuo.¿Alguna vez has tenido que usar el estilo dirigir con tu equipo? ¿Qué desafíos enfrentaste y cómo los resolviste? ¡Comparte tu experiencia en los comentarios y sigamos aprendiendo juntos!