Hay una frase que dice: “La unión hace la fuerza”. Y si tu estilo de resolver conflictos es el de colaborar, seguramente te identifiques con ella. Este enfoque busca que todos ganen y que las soluciones beneficien a todas las partes. Suena como un sueño, ¿no? Bueno, no es fácil, pero cuando funciona, transforma los conflictos en oportunidades para crear algo mucho mejor.
¿Qué significa colaborar?
Colaborar es cuando ambas partes del conflicto trabajan juntas para encontrar una solución que satisfaga las necesidades de todos. Es un enfoque de alta asertividad y alta cooperación, donde no se trata de “tú ganas y yo pierdo”, sino de encontrar un punto donde todos puedan sentirse satisfechos.
Es como decir: “Vamos a sentarnos, hablar y resolver esto juntos”.

Comportamientos clave del estilo colaborar
- Enfocarse en el problema, no en la persona: La colaboración se trata de atacar el problema, no de culpar a los demás.
- Buscar soluciones creativas: En lugar de aceptar una solución rápida, las personas que colaboran buscan ideas fuera de lo común para satisfacer a ambas partes.
- Escucha activa: Los colaboradores hacen un esfuerzo consciente para entender realmente la perspectiva de los demás.
- Compromiso con el tiempo y el esfuerzo: Este estilo no es rápido ni fácil, pero aquellos que lo usan están dispuestos a invertir el tiempo necesario para lograr una solución de calidad.
Lo bueno del estilo colaborar
Este enfoque tiene un montón de beneficios:
- Relaciones más fuertes: Trabajar juntos para resolver un conflicto fortalece la confianza y el respeto mutuo.
- Soluciones innovadoras: La colaboración fomenta la creatividad, ya que ambas partes aportan sus ideas y perspectivas.
- Satisfacción mutua: Al encontrar una solución que funcione para todos, nadie siente que perdió.
Lo malo del estilo colaborar
Claro, colaborar también tiene sus desventajas:
- Requiere tiempo y energía: Este estilo no es práctico en situaciones urgentes o con tiempo limitado.
- No siempre es posible: Si una de las partes no está dispuesta a colaborar, este enfoque simplemente no funcionará.
- Podría sobrecomplicar: En situaciones simples, colaborar puede ser excesivo cuando una solución rápida funcionaría igual de bien.
¿Cómo mejorar si quieres colaborar más?
- Haz preguntas abiertas: En lugar de asumir, pregunta cosas como “¿Qué necesitas de esta situación?” o “¿Qué soluciones te parecen justas?”.
- Practica la paciencia: Colaborar lleva tiempo, así que déjate espacio para pensar y discutir sin presiones.
- Reconoce las emociones: Entender cómo se siente la otra persona te ayudará a construir un ambiente más empático y abierto.
- Busca el win-win: En cada conversación, piensa: “¿Cómo podemos ganar los dos?”. Es un cambio de mentalidad clave.
Concluyendo
Colaborar es el estilo de resolución de conflictos que construye relaciones y crea soluciones duraderas. Si bien no es rápido ni sencillo, vale la pena cuando estás buscando algo más que simplemente resolver el problema: estás construyendo confianza, respeto y creatividad. Recuerda, no siempre se trata de ganar o perder, a veces se trata de construir algo juntos.