Si has pensado alguna vez, “Ok, yo cederé un poco si tú también lo haces”, entonces has usado el estilo comprometer. Este enfoque es como hacer un trato: nadie obtiene todo lo que quiere, pero todos se llevan algo. Es el clásico “ganar un poco, perder un poco” que puede ser muy útil en conflictos donde hay que encontrar un punto medio rápidamente.
¿Qué significa comprometer?
El estilo comprometer es de moderada asertividad y moderada cooperación. Es un término medio entre imponer y colaborar. Las personas que adoptan este enfoque buscan soluciones que sean aceptables para ambas partes, aunque no sean ideales.
Es como decir: “Ni tú ganas todo, ni yo pierdo todo. Vamos a repartir”.

Comportamientos clave del estilo comprometer
- Propuestas rápidas: Aquellos que comprometen suelen lanzar opciones intermedias para resolver el problema sin alargarlo demasiado.
- Ceder y pedir: Este estilo implica estar dispuesto a ceder en ciertos puntos, pero también esperar que la otra parte haga lo mismo.
- Priorización: Identificar qué aspectos del conflicto son más importantes para cada parte y centrarse en ellos.
- Enfoque práctico: Las personas que comprometen buscan soluciones funcionales, aunque no sean perfectas.
Lo bueno del estilo comprometer
Este enfoque tiene varias ventajas:
- Rápido y eficiente: Es ideal cuando no hay tiempo o energía para largas discusiones.
- Soluciones aceptables: Aunque no sean perfectas, las soluciones suelen satisfacer las necesidades básicas de ambas partes.
- Reducción de tensiones: Ceder un poco puede desactivar conflictos antes de que escalen.
Lo malo del estilo comprometer
Por supuesto, también tiene sus limitaciones:
- Soluciones mediocres: A veces, buscar un término medio significa que ninguna parte está realmente satisfecha.
- Falta de innovación: No siempre fomenta la creatividad o las soluciones a largo plazo.
- Ceder en lo importante: Existe el riesgo de ceder en puntos clave que podrían impactar negativamente en el futuro.
¿Cómo mejorar si quieres comprometer mejor?
- Define tus límites: Antes de comprometerte, ten claro qué no estás dispuesto a sacrificar.
- Escucha primero: Asegúrate de entender lo que la otra parte necesita antes de proponer una solución.
- No comprometas valores fundamentales: Hay cosas que no deberías negociar, como tus principios o las metas clave de un proyecto.
- Busca opciones creativas: A veces, una solución intermedia no es la única opción. ¡Explora más!
Concluyendo
El estilo comprometer es el camino del equilibrio. No siempre es perfecto, pero puede ser una solución efectiva en muchas situaciones. Si aprendes a usarlo bien, podrás resolver conflictos de manera rápida y mantener relaciones saludables. Solo recuerda: no todo es negociable, y a veces vale la pena esforzarse por una solución mejor. ¡Cédele al conflicto, pero no te pierdas en el proceso!