¿Alguna vez has estado en una conversación donde parece que la otra persona no te escucha, solo espera su turno para hablar? ¿O peor, donde tú mismo has estado pensando más en lo que vas a decir que en lo que te están diciendo? Eso, según Stephen Covey, es uno de los mayores problemas de comunicación y la razón por la que muchos conflictos se complican. Aquí entra el Hábito 5: Busca Primero Entender, Luego Ser Entendido.
Este hábito es un cambio de enfoque: en lugar de intentar ganar una discusión o imponer tu punto de vista, aprende a escuchar primero. Porque, si lo piensas, ¿cómo vas a llegar a una solución o construir una relación si ni siquiera entiendes realmente a la otra persona?
¿Qué significa buscar primero entender?
Este hábito tiene dos partes clave. La primera (y la más importante) es entender primero a la otra persona. Pero no se trata de escuchar solo para responder, sino de escuchar para realmente comprender lo que la otra persona piensa, siente y necesita. Covey lo llama escucha empática, y significa ponerte en los zapatos del otro y ver las cosas desde su perspectiva.
La segunda parte es ser entendido, pero solo después de que hayas demostrado que realmente te importa lo que la otra persona tiene que decir. Cuando alguien se siente escuchado, es mucho más probable que esté dispuesto a escucharte también.

¿Cómo actúa quien practica este hábito?
1. Escucha sin interrumpir: Una persona que busca entender no salta a dar consejos, juzgar o defenderse. Primero deja que la otra persona se exprese completamente.
2. Hace preguntas sinceras: No dan por hecho lo que la otra persona siente o quiere. Preguntan cosas como: “¿Cómo te sientes con esto?” o “¿Qué opinas?”
3. Reflejan lo que escuchan: Repetir lo que entienden (con sus propias palabras) ayuda a confirmar que realmente captaron el mensaje. Por ejemplo: “Entonces, lo que me dices es que te preocupa el tiempo que tomará este proyecto, ¿correcto?”
4. Evitan dar soluciones inmediatas: No saltan a resolver el problema a menos que la otra persona lo pida. A veces, la gente solo necesita ser escuchada.
Lo bueno de buscar primero entender
Este hábito puede transformar por completo tus relaciones y la forma en que manejas conflictos. Aquí están algunos de sus beneficios:
• Construye confianza: Cuando alguien siente que lo escuchas de verdad, confía más en ti.
• Desactiva conflictos: Muchas discusiones escalan porque nadie se siente escuchado. Escuchar con empatía reduce la tensión.
• Mejora la comunicación: Entender primero a los demás te da una mejor base para expresar tus propias ideas.
• Fortalece las relaciones: Este hábito muestra que valoras a la otra persona, lo que mejora cualquier tipo de relación: laboral, personal o familiar.
Los retos de escuchar primero
Parece fácil, ¿no? Pero, si somos honestos, no lo es. Aquí hay algunos desafíos comunes:
1. El impulso de responder rápido: Muchas veces, mientras la otra persona habla, ya estamos pensando en lo que vamos a decir. Eso nos impide escuchar de verdad.
2. Juzgar antes de entender: Es fácil asumir cosas o sacar conclusiones sin escuchar toda la historia.
3. Imponer nuestras soluciones: A veces, queremos resolver el problema de inmediato, sin darnos cuenta de que la otra persona no necesita consejos, solo empatía.
4. Falta de paciencia: Escuchar con atención requiere tiempo y esfuerzo, algo que no siempre estamos dispuestos a dar.
¿Cómo practicar este hábito?
Si quieres ser mejor en escuchar primero y hablar después, aquí tienes algunos pasos prácticos:
1. Haz una pausa.
Cuando alguien te hable, detente y enfócate completamente en lo que dice. Deja de lado tu teléfono, tus pensamientos o cualquier distracción.
2. Haz preguntas abiertas.
En lugar de asumir, pregunta cosas como: “¿Cómo te hizo sentir eso?” o “¿Qué necesitas de mí en esta situación?”
3. Repite para confirmar.
Parafrasea lo que entendiste. Por ejemplo: “¿Entonces estás diciendo que necesitas más tiempo para terminar el proyecto?” Esto demuestra que estás realmente prestando atención.
4. Controla tus impulsos.
No des consejos, soluciones o juicios a menos que la otra persona lo pida directamente. A veces, lo que alguien necesita es solo ser escuchado.
5. Da tu opinión con claridad.
Cuando sea tu turno de hablar, explica tu perspectiva de manera tranquila y clara. Si ya escuchaste primero, es mucho más probable que te escuchen también.
Ejemplos prácticos de este hábito
En el trabajo:
Tu compañero de equipo llega molesto porque siente que no fue tomado en cuenta en una decisión. En lugar de defenderte, lo escuchas primero: “Entiendo que esto te frustró. ¿Cómo te hubiera gustado que se manejara?” Después de escucharlo, explicas tu perspectiva.
En casa:
Tu pareja te dice que se siente abrumada con las tareas del hogar. En lugar de decir: “Yo también estoy cansado”, podrías responder: “Parece que estás lidiando con muchas cosas. ¿Cómo puedo ayudarte?”
Con amigos:
Un amigo está pasando por un mal momento. En lugar de decir: “No te preocupes, todo estará bien”, podrías decir: “Debe ser muy difícil para ti. ¿Quieres contarme más sobre cómo te sientes?”
Concluyendo
El Hábito 5 es uno de los más poderosos porque se centra en algo que todos necesitamos: sentirnos escuchados y comprendidos. Como dice Covey: “La mayoría de las personas no escuchan con la intención de entender; escuchan con la intención de responder”. Pero cuando aprendes a escuchar primero, no solo mejoras tus relaciones, sino que también descubres soluciones y acuerdos mucho más efectivos.
Si ocupas una posición de liderazgo, te recomiendo que puedas leer el artículo Empatía y liderazgo, en el cual profundizamos en el impacto que tiene el escuchar y comprender para desarrollar equipos felices y productivos.
Así que, la próxima vez que alguien hable contigo, haz una pausa, escucha con atención y busca entender antes de responder. Ese pequeño cambio puede marcar una gran diferencia. ¿Te cuesta escuchar antes de hablar? ¿O tienes alguna experiencia donde este hábito te haya ayudado? ¡Déjanos tus comentarios y sigamos aprendiendo juntos!